Examen General de Orina (EGO): Una Ventana Detallada al Estado de Salud en Medicina Interna
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Examen General de Orina (EGO): Una Ventana Detallada al Estado de Salud en Medicina Interna

El Examen General de Orina (EGO), también conocido como uroanálisis, es una prueba de laboratorio esencial y no invasiva que proporciona información valiosa sobre la composición química, física y microscópica de la orina.

Dada la función crucial de los riñones en la filtración de desechos metabólicos y la regulación del equilibrio hidroelectrolítico del cuerpo, el EGO se erige como una herramienta diagnóstica fundamental en la práctica de la medicina interna.

Sus resultados pueden ofrecer pistas tempranas sobre una amplia gama de condiciones, desde infecciones del tracto urinario (ITU) y enfermedades renales hasta trastornos metabólicos como la diabetes y enfermedades hepáticas.

Componentes Detallados del Examen General de Orina y su Significado Clínico

El EGO se compone de tres partes principales:

  • Aspecto: Describe la claridad de la orina (clara, turbia, ligeramente turbia). La turbidez puede sugerir la presencia de elementos celulares, cristales, bacterias o contaminación.
  • Color: El color normal es amarillo pálido a ámbar. Variaciones pueden indicar hidratación (pálido), presencia de sangre (rojo o marrón), bilirrubina (amarillo oscuro o verdoso), o medicamentos/alimentos.
  • Olor: Si bien no siempre se reporta de forma rutinaria, un olor anormal (como cetónico o fétido) puede ser sugestivo de ciertas condiciones.
  • Densidad (Gravedad Específica): Mide la concentración de partículas disueltas en la orina, reflejando la capacidad de los riñones para concentrar o diluir la orina. Valores anormales pueden indicar deshidratación, sobrehidratación o problemas en la función renal.
  • pH: Indica la acidez o alcalinidad de la orina. Puede verse afectado por la dieta, medicamentos, infecciones y trastornos renales.
  • Proteínas: Normalmente, solo pequeñas cantidades de proteína se excretan en la orina. La presencia significativa (proteinuria) puede ser un signo de daño glomerular (enfermedad renal).
  • Glucosa: La glucosa generalmente no está presente en la orina en individuos con niveles normales de glucosa en sangre. Su presencia (glucosuria) puede indicar diabetes mellitus no controlada o un umbral renal para la glucosa disminuido.
  • Cetonas: Las cetonas son productos del metabolismo de las grasas. Su presencia (cetonuria) puede observarse en ayuno prolongado, dietas bajas en carbohidratos, o diabetes mellitus no controlada (cetoacidosis diabética).
  • Bilirrubina: Normalmente no se detecta en la orina. Su presencia (bilirrubinuria) sugiere enfermedad hepática o obstrucción biliar.
  • Urobilinógeno: Es un producto de la degradación de la bilirrubina. Niveles anormales pueden indicar enfermedad hepática o hemólisis.
  • Nitritos: La presencia de nitritos sugiere la presencia de bacterias que convierten los nitratos urinarios en nitritos, lo que es un indicador de infección del tracto urinario (ITU).
  • Leucocitos (Esterasa Leucocitaria): La esterasa leucocitaria es una enzima presente en los leucocitos. Su detección en la orina sugiere la presencia de leucocitos, lo que puede indicar inflamación o infección en el tracto urinario.
  • Eritrocitos (Sangre/Hemoglobina): La presencia de eritrocitos (hematuria) o hemoglobina libre puede indicar daño en cualquier parte del tracto urinario, desde los riñones hasta la uretra, y puede tener diversas causas (infección, cálculos, traumatismo, glomerulonefritis, cáncer).
  • Cilindros: Son moldes de los túbulos renales formados por proteínas. Su presencia y tipo pueden indicar diferentes condiciones renales (hialinos, granulosos, céreos, eritrocíticos, leucocíticos, epiteliales).
  • Cristales: La presencia y tipo de cristales pueden ser normales o indicar un mayor riesgo de formación de cálculos renales o trastornos metabólicos específicos.
  • Células Epiteliales: Se pueden observar células epiteliales escamosas (de la uretra o genitales, a menudo contaminantes), transicionales (del urotelio) o tubulares renales (su aumento puede indicar daño renal).
  • Bacterias: Su presencia, especialmente junto con nitritos y leucocitos positivos, sugiere una infección de vías urinarias.
  • Otros Elementos: Se pueden identificar levaduras, parásitos (como Trichomonas vaginalis), espermatozoides o artefactos.

El EGO ofrece una visión integral del estado del tracto urinario y puede reflejar condiciones sistémicas. Proporciona información sobre la función renal (densidad), la presencia de infección (leucocitos, nitritos, bacterias), daño renal (proteínas, cilindros), trastornos metabólicos (glucosa, cetonas), y enfermedades hepáticas o biliares (bilirrubina, urobilinógeno).

El EGO implica la recolección de una muestra de orina, la evaluación macroscópica de sus características físicas, el análisis químico mediante una tira reactiva y el examen microscópico del sedimento urinario.

Para la detección de proteínas (especialmente ortostática) y elementos formes, la primera orina de la mañana suele ser preferible ya que tiende a ser más concentrada. Sin embargo, para la detección de infecciones, una muestra tomada en cualquier momento suele ser adecuada. Las instrucciones específicas del laboratorio deben seguirse.

La proteinuria significativa puede ser un signo de daño glomerular, la unidad de filtración del riñón, y se asocia con diversas enfermedades renales, incluyendo glomerulonefritis, nefropatía diabética e hipertensiva. También puede ser transitoria debido a fiebre o ejercicio intenso.

La presencia de glucosa en la orina (glucosuria) ocurre cuando los niveles de glucosa en sangre exceden la capacidad de los riñones para reabsorberla (umbral renal). Esto es un indicador de hiperglucemia no controlada, como se observa en la diabetes mellitus.

La presencia de cetonas en la orina (cetonuria) indica que el cuerpo está utilizando grasa como principal fuente de energía, lo que puede ocurrir en ayuno prolongado, dietas muy bajas en carbohidratos o en la cetoacidosis diabética, una complicación grave de la diabetes no controlada.

Una infección en las vías urinarias se sugiere por la presencia de nitritos positivos (indicando bacterias que convierten nitratos), esterasa leucocitaria positiva (indicando leucocitos), y la observación de bacterias en el sedimento urinario. La presencia de hematuria también puede ser sugestiva.

Un aumento de leucocitos en el sedimento urinario (piuria) indica inflamación en el tracto urinario, que puede ser causada por infección, enfermedad renal inflamatoria o, en ocasiones, contaminación.

La hematuria (presencia de glóbulos rojos) puede ser macroscópica (visible a simple vista) o microscópica (detectada solo en el EGO). Puede ser un signo de diversas condiciones, incluyendo infección de vías urinarias, cálculos renales, glomerulonefritis, traumatismo, o cáncer del tracto urinario. Siempre requiere investigación adicional.

Los cilindros son moldes proteicos de los túbulos renales. Su tipo refleja la condición del riñón: cilindros hialinos pueden ser normales o indicar deshidratación; cilindros granulosos y céreos sugieren enfermedad renal crónica; cilindros eritrocíticos indican sangrado glomerular; cilindros leucocíticos sugieren inflamación o infección renal; y cilindros epiteliales indican daño tubular renal.

Se pueden encontrar diversos cristales (urato, oxalato de calcio, fosfato triple, cistina, etc.). Algunos pueden ser normales dependiendo del pH urinario y la dieta, mientras que otros pueden indicar un mayor riesgo de formación de cálculos renales o trastornos metabólicos específicos (como cistinuria).

La presencia de células epiteliales escamosas suele ser un contaminante de la uretra distal o los genitales. Un aumento de células epiteliales transicionales puede indicar inflamación del urotelio (revestimiento del tracto urinario). Un aumento de células epiteliales tubulares renales sugiere daño en los túbulos renales.

La densidad urinaria refleja la capacidad de los riñones para concentrar o diluir la orina. Una densidad alta sugiere deshidratación o la capacidad del riñón para concentrar la orina. Una densidad baja puede indicar sobrehidratación o una alteración en la capacidad de concentración del riñón (hipostenuria), como en la diabetes insípida o daño tubular renal.

El pH urinario normal suele ser ligeramente ácido (alrededor de 6.0). Un pH ácido puede verse con dietas ricas en proteínas, ayuno o ciertas condiciones metabólicas. Un pH alcalino puede ocurrir con dietas vegetarianas, infecciones urinarias por bacterias productoras de ureasa o ciertos trastornos renales.

Sí, el EGO puede proporcionar pistas sobre enfermedades metabólicas (diabetes mellitus: glucosa, cetonas; enfermedad hepática: bilirrubina, urobilinógeno), deshidratación (densidad), y en ocasiones, sugerir indirectamente trastornos sistémicos que afectan al riñón (proteinuria en enfermedades autoinmunes).

El EGO es una prueba de detección y puede no ser completamente sensible o específica para todas las condiciones. Los resultados pueden verse afectados por la hidratación, la dieta, los medicamentos y la contaminación de la muestra. Los resultados anormales a menudo requieren confirmación con pruebas más específicas (como cultivos de orina, cuantificación de proteínas en orina de 24 horas o estudios de imagen renal).

Generalmente se recomienda una muestra de "chorro medio" para minimizar la contaminación por la flora uretral y genital. Se debe limpiar el área genital antes de la micción, comenzar a orinar, recoger la porción media del chorro en un recipiente estéril y luego terminar de orinar.

Un EGO normal sugiere que no hay anomalías significativas en la composición física, química o microscópica de la orina en el momento de la toma de la muestra. Sin embargo, no excluye completamente la presencia de enfermedad, especialmente si los síntomas persisten o si la enfermedad es intermitente.

No hay una recomendación universal para la frecuencia de los EGO de rutina en individuos asintomáticos. La necesidad de un EGO de rutina se basa en la evaluación individual del riesgo del paciente por parte del médico. Se realiza con mayor frecuencia en pacientes con síntomas del tracto urinario o con condiciones médicas que afectan a los riñones.

Los avances incluyen analizadores de orina automatizados que pueden realizar el análisis químico y el examen microscópico de forma más rápida y estandarizada, con mejor reconocimiento de elementos del sedimento mediante inteligencia artificial y citometría de flujo urinaria para una caracterización celular más detallada. También se están desarrollando biosensores para la detección más sensible y específica de biomarcadores urinarios.

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